21 marzo 2010

Perdidos

Hola amigos viajeros

No vengo a hablaros de la serie tan de moda que me sirve para dar título al paseo de hoy, entre otras cosas y principalmente, porque no he visto ni un capítulo, y no se debe opinar de aquello que no se ve. El paseo de hoy tiene que ver con otra serie y con el anterior paseo, Pensamiento y Memoria.

Veréis, el jueves, aprovechando que al día siguiente no había que levantarse pronto, estuvimos un rato viendo la tele. Los jueves, si no puedo evitarlo, aunque creo que ya no hará falta puesto que se ha terminado, solemos ver el capítulo de Urgencias que echan (o echaban) en el canal AXN. A mi mujer le encantan las series de médicos, Urgencias, Anatomía de Grey, Sin cita previa, Médico de familia, En buenas manos... Este jueves el capítulo era doble por aquello de que despedían la serie tras tropecientas o chorrocientas temporadas, y una de las historias trataba sobre un matrimonio que llevaban juntos unos 72 años y la mujer se moría. Al verles no pude evitar que Munin me recordara a mis abuelos maternos, Antonio y Elena. No es que me haya olvidado de ellos ni mucho menos, pero es cierto que el trajín diario me impide llevarlos conmigo a todas horas y, por otra parte, tampoco sería bueno.

Al igual que en la serie, mis abuelos también llevaban un porrón de años juntos, toda una vida. A mi abuelo lo perdimos a finales del año 1999, y a mi abuela en el año 2008, unos días después de que naciera María y, por desgracia, el mismo día en que pensábamos haber ido a verla para que conociera a su bisnieta, la primera de muchos. Que le vamos a hacer amigos, serán cosas del destino. Por suerte, Munin no suele venir a hablarme de los últimos días de mi abuelo, que fue presa del Alzheimer, ni de los últimos días de mi abuela, que fue presa del aburrimiento en una residencia. No, Munin me suele traer imágenes de mis abuelos regalándonos un roscón de reyes el día 5 de enero. todos y cada uno de los años que puedo recordar, a mi abuela realizando labores de modista, a mi abuelo todo serio haciéndonos fotos a hurtadillas porque los nietos ya éramos muy mayores para andar posando, a los dos jugando a las damas y discutiendo por cada movimiento que hacían uno u otra, dejándome pasar con ellos una temporada para concentrarme, cual futbolista de élite, antes de la selectividad... Como ya os dije en el anterior paseo, no tengo mala memoria, sólo que guardo lo que realmente es importante.

Supongo que os preguntaréis: ¿no dices nada de tus abuelos paternos? Por desgracia, mi abuelo Manolo murió cuando yo era todavía bastante crío y mi abuela Hortensia también nos dejó hace bastantes años. De mi abuelo Manolo recuerdo bastante poco, alguna que otra imagen de los veranos pasados en Asturias, su patria chica, y de los fines de semana que íbamos a comer a su casa; de mi abuela Hortensia recuerdo el arroz con leche tan rico que hacía en su cocina de carbón, el haber visto con ella El planeta de los simios en La Clave de Televisión Española...

En fin amigos, supongo que me estoy haciendo mayor y estoy un poco nostálgico... No, los que me conocéis ya sabéis que siempre huyo hacia adelante, que no soy de los que viven en el pasado, ni de los que piensan que cualquier tiempo fue mejor, pero a veces me gusta recordar a mis seres queridos.

Hasta la próxima viajeros
 
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