31 marzo 2010

Dirty Jobs (trabajos sucios)

Hola amigos viajeros

Hay un programa, en el canal de Discovery Channel, que se titula Dirty Jobs, en el que el presentador va mostrando al público trabajos un tanto guarretes como recoger cadáveres de animales muertos en las carreteras, limpiar alcantarillas, castrar cochinillos... vamos, trabajos a los que no se puede ir con traje y corbata. Aunque de lo que vengo a hablaros no es un "dirty job", el título me venía que ni pintado. Por cierto, los niños pequeños que dejen de leer ya, que no es un paseo recomendado para menores de... la edad que consideréis oportuna.

El otro día, en el Caralibro, mi amigo Luis ponía un enlace a un vídeo en el que se mostraba como se insemina artificialmente a una gorrina y viéndolo recordé que años ha, cuando estaba en la "uni", tuve una asignatura llamada zootecnia que trataba (y supongo que lo seguirá haciendo) sobre el arte de la cría, multiplicación y mejora de los animales domésticos (según el DRAE). Esta asignatura nos enseñaba, principalmente el uso de hormonas en la reproducción durante el primer parcial y el estabulamiento de los animales en el segundo. El profesor era bastante simpático y hacía la clase entretenida con frases como "la mejor forma de obtener semen de un tigre es haciéndole una paja, pero claro, a ver quién es el guapo que se acerca".

El caso es que, dada la asignatura, había muchas posibilidades de que tuviéramos una excursión como la que tuvimos: visita al centro de reproducción animal de Colmenar Viejo. No sé qué actividades realizará ahora, pero a nosotros nos mostraron el proceso de obtención de semen vacuno y equino, además de explicarnos que estaban llevando a cabo una labor de búsqueda y recogida de semen de razas caninas españolas a extinguir (lo siento, no me preguntéis cuales que ya sabéis que de memoria ando escaso). La visita, además de una explicación teórica, también tenía una explicación práctica, que es la que paso a relataros.

Para la primera parte, cogieron a un toro de 1000 kg para que hiciera de "anfitrión" y trajeron otro toro del mismo o parecido peso para que hiciera de donante. La razón de que utilizasen dos toros y no un toro o una vaca no es que los toros fueran gays, que pudiera ser, sino que no había vaca lo suficientemente grande como para aguantar una mole de 1000 kg. Total, que el "anfitrión" se puso (le pusieron) en posición y el donante, que ya sabía a lo que iba, se le subió encima y cuando estaba a punto de satisfacer sus ansias animales, llegó el mamporrero de turno y con suma delicadeza apartó el miembro donante para meterlo en una vagina artificial que recogió el semen, el cual luego pasó por un proceso de selección, división... para conseguir chorrocientas mil dosis del semental y tal. Para que os quedéis tranquilos os diré que los papeles de "anfitrión" y donante se reparten a partes iguales y al que hoy le toca recibir, mañana le toca repartir.

Para la segunda parte, trajeron a otro bicharraco de 1000 kg (no, el peso es aproximado, no os creáis que lo cogimos para pesarlo), el cual estaba un poco cegarruto por la edad y no veía lo que se le venía encima. Debido a su ceguera, no podían utilizarlo como "anfitrión" porque, al ver sólo sombras, se asustaba. Tampoco podían utilizarlo como donante porque, debido a la misma ceguera, podía confundir al mamporrero con el toro "anfitrión" y claro, le iba a dejar la espalda al pobre trabajador como un acordeón. Así pues, al pobre bicho lo ataron a un estructura metálica que pesaba tanto o más que el, y cuando estaba bien sujeto, le metieron por el fistroooor un cátodo, un ánodo o algo así, al que llamaban "aparato eléctrico para estimular la eyaculación" y al que el bicho, si hubiera podido llamarlo de alguna manera, no creo que hubiera podido ponerle nombre. Lo malo no es que se lo metieran por el fistrooor, lo malo es que lo encendieron para que le diera una ligera sacudida eléctrica que ayudara al bicho a eyacular. Para que os hagáis una idea de lo ligera que era la descarga, el bicho, con estructura metálica y todo, pegaba unos saltos que no se ven en las competiciones de saltos con caballos.

En fin amigos, para despedir a este marzo ventoso y dar la bienvenida a un abril lluvioso (¿más?), espero que os haya gustado esta simpática anécdota de mi época universitaria, ya que, como no formé parte de la tuna y en mi escuela no había futbolín, poco más os puedo contar de esa época. Bueno, alguna que otra más sí que hay, pero no tan interesantes.

Hasta la próxima viajeros
 
Subir