11 diciembre 2009

El primer cumplemes

Hola amigos viajeros

No sé si me habréis echado de menos pero yo sí que he echado en falta estos paseítos con vosotros. La verdad es que no he tenido ni mucho tiempo ni muchas ganas y, a veces, ninguna de las dos cosas a la vez. Aprovechando que ayer mi hija Ángela cumplió su primer mes de vida y que hoy está la abuela para entretener a María os voy a contar la experiencia de este primer cumplemes o mesiversario o como queráis llamarlo.


Los primeros 5 días los pasamos en el hospital. Si habéis estado en un hospital, no como visitantes sino como huéspedes, ya sabréis lo agotadores que son: cuando no entra una enfermera entran los médicos, cuando no entran a limpiar, a traer el desayuno, a traer una cesta de flores y si no es nadie de los anteriores, es alguien de la familia o amigos, propios o del vecino de al lado, con lo cual el trajín es bastante agotador. Y no penséis que por la noche es mejor, porque las enfermeras siguen entrando. Y si a esto unimos dos niños recién nacidos en la habitación para que queremos más: cuando no llora uno, llora el otro y cuando no, los dos al unísono.

La vuelta a casa no fue mucho mejor. María estaba y está encantada con "ebebeeeee" y no hace más que darle besos en cuanto la tiene a tiro y vigilar que nadie se acerque demasiado. Pero claro, "ebebeeeee", además de parecerse a su padre, se parece a María, y desde el principio anda con cólicos, con lo cual, la pobre llora bastante por los dolorcillos y María, que es muy sentida y muy empática, pues cuando oye a su hermana se preocupa. Total, que por las noches, cuando llora Ángela, María con su ligero dormitar se despierta y llama a su padre para pedirle explicaciones de qué estamos haciendo por "ebebeeeee", con lo que las noches son un devenir de sueño y viajes a consolar a María cada cierto tiempo (unas 2 o 3 horas más o menos)

Para colmo de nuestras desgracias, María se acatarró (ya llevamos 2 semanas y pico) con lo que una noche no durmió por los mocos y su padre, tampoco claro; otra noche no durmió por la garganta y su padre... pues ya podéis imaginar; a la noche siguiente se juntaron mocos y garganta... y así ad infinitum (et super, que diría Buzz Lightyear... bueno lo diría si supiera latín, que no sé si sabrá o no latín) Además, por el hecho de estar malita, está insoportabilita, se queja por todo, a todo dice no...

Claro que luego llega María y te da un beso por sorpresa cuando la estás cambiando el pañal (de esto no quiero ni hablar, de lo de cambiar pañales digo, de los besos de mi hija sí) o Ángela te sonríe mientras se duerme encima tuyo después de 2 horas de "berrea, berrea" y se pasan todos los males.

Hasta la próxima viajeros
 
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