05 noviembre 2009

Cuestión de pelotas

Hola amigos viajeros

Cuando he estado buscando un título para el paseo de hoy, se me ha ocurrido el que finalmente he puesto y al buscar por internet me he encontrado que hace referencia a 2 películas y, casi casi, a una tercera. La primera, que había visto a trozos, es la de Ben Stiller, centrada en el juego balón prisionero; la segunda, de Billy Bob Thorton no la he visto, y parece ser que va del resquemor del personaje hacia su profesor de gimnasia de su infancia que acaba casado con su madre; y la casi tercera, que finalmente se tituló aquí en España "Pelotas en juego", trata de un ex-campeón de ping pong que es reclutado para espiar.


Y os preguntaréis, ¿que córcholis tiene esto que ver con el paseo de hoy? Pues el nexo de unión común entre las tres películas y la caminata de hoy es precisamente las pelotas. Y no me estoy refiriendo a los atributos masculinos también conocidos como huevos, coj...s, testículos, las joyas de la corona u otro sinfín de adjetivos diversos, sino a las pelotas, al objeto redondo de diferentes tamaños y materiales que se utiliza para diversos juegos, tanto individuales como colectivos.

Y es que, queridos viajeros, desde hace unos días me siento como una pelotita de ping pong, como la "falsa monea que de mano en mano va y ninguno se la queda". Nos tienen de aquí para allá, haciendo una cosa para cambiar a los 5 minutos, para volver a cambiar a otra distinta 10 minutos después... Y encima sin tener los conocimientos de como funciona lo que tenemos que arreglar y cuando pedimos ayuda, tenemos que pasar por chorrocientas mil ventanillas sin que a nadie le suene de que va el tema... Menos mal que todavía no nos han dicho eso de "vuelva usted mañana"

Menos mal que mañana será mi último día en mucho tiempo (o poco, según se mire) ya que, el martes le harán la cesárea a Elena y tendremos a Ángela con nosotros. Al menos durante este tiempo me quitaré de en medio, espero que me pierdan un poco del cariño que me han cogido en este tiempo, que todo el mundo se sabe mi nombre y además me llaman "p'ató", y que cuando vuelva no se enteren ni de que existo y me dejen hacer mi trabajo tranquilamente y no empiecen de nuevo a marearme.

Hasta la próxima viajeros
 
Subir