Hoy estoy un poco pocho, al final me han pegado la gastroenteritis y, aunque de momento no he vomitado, estoy saliendo a pasear mucho con mi amigo Roca.
No sé si será por eso, por estar pendiente de mil cosas en un estado un poco deplorable o porque me estoy haciendo mayor, pero me he sentido como "los tontos de Carabaña, se les engaña con una caña", que decía la canción, expresión que viene como anillo al dedo a lo que nos ha pasado.
Resulta que Elena ha recibido un correo en el que se le decía que había añadido una dirección de correo a su cuenta de PayPal y que, si no era así, nos identificásemos en PayPal para corregirlo. Como nosotros no habíamos añadido ninguna cuenta (y menos tan rara como la que venía) hemos seguido el enlace que venía y hemos dado los datos que nos solicitaba, número de tarjeta y pin incluidos. Vaaale, ya sé que vais a pensar de nosotros, pero cuando uno no está en plenitud de facultades (creo que nunca lo he estado) se arriesga a que le pasen estas cosas.
Menos mal que, en el último momento, he visto que la dirección a la que me remitía no era la de PayPal y hemos llamado inmediatamente a la sucursal para anular la tarjeta y solicitar una nueva, pero el caso es que nos han pescado como a besugos. Mira que somos de los que eliminamos cualquier correo de supuestas entidades bancarias que nos solicitan que actualicemos nuestros datos, incluso sin ser clientes, pero el tema de PayPal es nuevo para nosotros y hemos caído.
En fin, que ya formamos parte de ese grupo de marginado que han sido estafados con el timo del phishing. Espero que al menos esto sirva para que aquellos que venís a pasear conmigo estéis avisados y no caigáis como nosotros.
Hasta la próxima viajeros
0 Reseñas:
Publicar un comentario