10 agosto 2009

Las churras y las merinas

Hola amigos viajeros

Hoy se respira un olor diferente en el ambiente: en la oficina, en la carretera... se nota que mucha gente afortunada está de vacaciones. En la oficina las salas están medio vacías, en la carretera hay coches pero ni punto de comparación con hace 2 o 3 semanas, casi ni siquiera con la semana pasada, que todavía pillé algo de atasco.

Hasta las musas inspiradoras de estos paseos se han ido de vacaciones. La verdad es que ha hecho mucho calor para salir a pasear y estas semanas de atrás nos hemos dedicado a ocultarnos en casa hasta la caída del sol, cuando salíamos a pasear un poco y tomar unas cervecitas en alguna terracita de verano. No hemos visto casi ni noticias, por poco ni la tele, porque sólo la hemos echado el ojo en la comida y en la sobremesa hasta que caíamos dormidos.

El viernes por la noche estuvimos con los amigotes en el parque Polvoranca y, aparte de pasar un buen rato, me traje una sarta de picaduras de mosquito. Que curioso, cuando no salgo... ¿de qué puñetas se alimentan estas criaturitas de Dios? Que digo yo que podían poner una vía, como en los hospitales, hacer cola y chupar del mismo sitio, que tengo las piernas con unas picaduras la mar de curiosas, leñe. Andrés y Manolo estuvieron jugando con los niños a geocaching, actividad que consiste en, por parte de una persona, esconder objetos en el campo o en la ciudad y posteriormente apuntar las coordenadas geográficas de ese punto mediante un receptor GPS y hacerlas públicas (por lo general en sitios web especializados) para que otras personas puedan efectuar su búsqueda. Vamos, que jugaron a "el mapa del tesoro pirata". Para aquellos que estén interesados, podéis encontrar más información aquí.

Este fin de semana por fin he oído a mi segunda hija. No es que no la hubieramos oído antes, cuando hemos ido a las ecografías rutinarias, pero este fin de semana la he oído por mis propios medios, poniendo la oreja en la tripilla de Elena. Llevaba intentándolo un par de semanas, pero hasta este fin de semana no ha habido manera. Y además he empezado a notar sus pataditas. No sé si habrá sido porque Elena se cayó el sábado por la noche, al ir a atender a María, en vez de sentarse en la silla se sentó en el aire y se pego una culetada contra el suelo. Salvo el susto que me llevé al despertarme el ruido, algún cardenal y un dolor de cuello y espalda, no pasó nada. Bueno sí, que la niña anteriormente conocida como Embri, se despertó y ha empezado a ser más activa.

María sigue su progresión natural, chapurreando en su idioma, empezando a andar, aunque vaya de mal en peor porque ha debido coger miedo y ahora sólo anda cogida de la mano, llamando la atención allá por donde pasa, obligando a sus padres a establecer relaciones sociales que, afortunadamente, no van a más... en fin, en su línea. No es consciente, ni lo será hasta que esté en casa, de que va a venir una hermanita. Le hemos dicho algún nombre a ver si le gusta pero, unas veces asiente entusiasmada y otras... como el que oye llover.

Supongo que os preguntaréis, ¿qué tiene que ver esto que nos está contando con el título del paseo? Pues nada, como las churras y las merinas, salvo que son ovejas :D

Hasta la próxima viajeros

1 Reseñas:

kalkon dijo...

Me han llegado rumores de un nombre, espero que recapacitéis porque es horrible y encima hay una famosilla del tres al cuarto que se llama igual.

Estáis a tiempo de ponerle Carlota, que bien bonito es.

Saludos,
D

 
Subir