25 agosto 2009

La vuelta al cole

Hola amigos viajeros

Ayer volví a trabajar, así de cortas han sido estas vacaciones. Que le vamos a hacer, ya vendrán mejores tiempos, pero este año viene así. Menos mal que ayer, entre hablar con los amiguitos, salir al recreo... pues hice más bien poco, aunque estuve más o menos liado.

La verdad es que vacaciones de una semana se hacen demasiado cortas para disfrutarlas plenamente, máxime cuando prácticamente no he parado, entre compras de rebajas de última hora, paseos, más compras... Esta semana me he estado equipando para ir a jugar al paddel, que me ha aficionado mi cuñado Diego, y he aprovechado para ver las ofertas de última hora que había y he conseguido comprar polos y camisetas a 3 euros, y como soy muy de costumbres, he comprado los polos iguales (tampoco había mucho donde elegir) y las camisetas, pues iguales también.

El viernes estuvimos de médicos, primero en la revisión de Elena, en la que le iban a hacer una ecografía para ver si al final le hacen o no cesárea y luego en la revisión de los 15 meses de María. Al menos esa era la teoría, pero entre que las cosas de hospitales, al igual que las de palacio, van despacio, que estamos en verano y están los sustitutos de los sustitutos, pues al final le toco a Elena pasar sola a la ecografía y a mi irme volado a la revisión de María. Pobrecita, que mal lo llevo eso de las vacunas, como lloraba... Al menos se sale de los percentiles establecidos en cuanto a altura y está más o menos dentro de los percentiles normales en cuanto a peso. A Elena le dijeron que lo mismo el embarazo llegaba a término y que, cuando empezase a ponerse de parto, le hacían la cesárea, sin programarla ni nada... Ya veremos que ocurre.

El sábado y el domingo nos fuimos a lo que toda la vida ha sido una casa de campo y que ahora se llama chalet, por abreviar digo yo, que tienen los tíos Guillermo y Loli de Elena en Toledo. Hacía calor, no tanto como en Leganés, pero también apretaba de lo lindo Lorenzo, aunque con la piscina los calores son menos calurosos. A la peque le montamos una piscinita hinchable y estuvo salpicando y jugando como una loca. Y por la tarde, después de la mini siesta que se echó, pasó de la piscina hinchable a la grande, donde su padre se dedicó a levantarla en el aire para que también se tirase "a bomba" o "puuumba" como dice ella. Como estaría su cuerpo que se quedó dormida en brazos de su padre (babeante padre) a eso de las 10 de la noche y no dijo ni mu hasta las 10 de la mañana del día siguiente.

El domingo tuvimos un pequeño percance con la piscina: estábamos Elena y yo con la peque y quiso irse a la piscina hinchable. Como todavía no anda sola la llevaba a la piscina hinchable cuando se arrepintió y quiso volver a la grande, con lo que su padre, que soy más burro que un arado, se tiró con ella en brazos, sujetándola para que no se hundiese, con la mala suerte de que se me enganchó un pie en el limpiafondos y no pude hacer pie, por lo que María vio el mundo por debajo del agua durante un segundo... No se asustó mucho ni tragó agua, el susto me lo llevé yo, que no volveré a hacerlo hasta... la próxima vez :D

En fin amigos, acabadas las vacaciones de verano, ahora toca como a los niños, a esperar las vacaciones de Navidad que, por fortuna en mi caso, llegarán en noviembre si todo va bien y que, con un poco de suerte, se alargarán hasta después de año nuevo.

Hasta la próxima viajeros
 
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