21 junio 2009

Addicted to love

Hola amigos viajeros

Sí, ya sé que he estado poco andarín estos días, pero la verdad es que el trabajo me ha tenido bastante absorbido y la semana ha sido larga como para salir a andar. Me gustaría haber salido a caminar para comentaros lo que he visto, oído o leído esta semana, pero no he tenido ni mucho tiempo ni muchas ganas.

Pero el fin de semana me ha servido para descansar y despejar la mente. Tenía la sana intención de haber ido a la piscina a preguntar horario y esas cosas, pero María ha sido demasiado buena y lleva un par de días que ha vuelto a coger la costumbre de dormir seguido toda la noche, a pesar de que el viernes a punto estuve de bajar a decirle dos cosas a mis salvajes vecinos para que se abstuvieran de comentar en voz alta con el resto del mundo sus impresiones a eso de las 12 y pico de la noche. A ver si esta semana saco tiempo y me acerco a preguntar, que mi espalda acabará agradeciéndolo.

Hoy, como todos los domingos, hemos venido a comer a casa de mis suegros y, oh sorpresa!! no ha venido ninguno de mis cuñados a comer. Ale y Mila en Arcones, como viene siendo habitual, Diego, Rocío y Loth se han ido a disfrutar del día de la música, las gemelas se han ido a comer con sus otros abuelos, Nandi y Mari están MIA (missing in action), así que hemos disfrutado de un inusual domingo tranquilo :D

Como no había nadie en casa y María no había dormido su siesta habitual antes de la comida, hemos podido disfrutar de la película de TeleMadrid, 'Wimbledon, el amor está en juego', una peli de amor en el master de tenis londinense. Y es que, queridos amigos, soy un adicto al amor, como dice el título de la canción de Robert Palmer, la peli de Meg Ryan y Mathew Broderick y la caminata de hoy. Y el caso es que antes no lo era, pero debe ser que estar rodeado las 24 horas del día por el amor, hace que uno se vuelva un poco más melindroso. No me importa en absoluto que me consideréis un poco o un mucho cursi, estoy muy orgulloso del amor que me rodea, no sólo el de Elena, sino también el de María, el de mi familia, el de mis amigos... y no sólo hacia mi, hacia Elena o hacia María, sino el que sienten cada uno de ellos por sus parejas, sus hijos, su familia...

En fin amigos, disfrutad de la parcela de amor que os haya correspondido en la vida y sed todo lo felices que podáis. Y para aquellos que nos/os quieran mal, sólo puedo desearles que les vaya muy bien en la vida, eso sí, cuanto más lejos de nosotros/vosotros, mejor que mejor.

Hasta la próxima viajeros
 
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