02 marzo 2011

Pretecnología

Hola amigos viajeros

Vamos a ver si continuo con la buena costumbre de salir a pasear a menudo con vosotros y más ahora que he recuperado la costumbre de acostarme tarde y dormir poco, que he tenido unos meses locos de quedarme dormido antes de las 12 de la noche... ¡Que desfachatez por mi parte!

Para aquellos que tengan de... 35 años hacia arriba, el título del paseo de hoy no les sonará a chino, ni les hará pensar en alguna época prehistórica, aunque los que tengan menos de 25 seguro que piensan que es antidiluviano. En mi época (fantástica época) había una asignatura que tenía el rimbombante nombre de pretecnología, que en el fondo no era otra cosa que una clase de manualidades en la que los profesores nos sometían a torturas tipo cortar un contrachapado con una segueta, hacer un macetero de macramé o la plaza de toros de las Ventas con pinzas de madera (aunque todos pensaran que era un cenicero...)

La verdad es que la clase de pretecnología la asocio más a la época de la EGB que a la del BUP, supongo que éramos más inocentes y podían engañ... digooo enseñarnos estas cosas, pero desde que salí del "cole" no había vuelto a hacer manualidades similares hasta ayer. Resulta que en la guardería de María, por el carnaval, van a disfrazarse todos los niños de piratas, y para ambientar un poco la guardería, entregaron a todos los padres una cartulina con una calavera cruzada por las típicas tibias, y nos pidieron que la recortáramos y la lleváramos decorada.

Como padres (ir)responsables que somos, nos hemos encargado de tan manual tarea, aunque hayamos entregado la calavera con un poco de retraso, 1 o 2 semanas. Tengo que aclarar que incluyo a mi esposa en el "hemos" porque se encargó de proporcionarme las cartulinas (deshechos de papel de regalo y cosas así) pero poco más hizo además de dormirse como una campeona. Tuve que empezar, naturalmente, recortando la calavera, la cual, afortunadamente, tenía unos bordes gruesos, porque no veía tres en un burro y luego me dediqué a ponerle un recortable a modo de pañuelo, otro como un parche, un ojo, una tibia por aquí, otra por allá y al final quedó estupendamente (y a quién diga lo contrario le paso por la quilla y le echo a los tiburones) Si consigo hacerle una foto ya la pondré.

Que tiempos aquellos, cuando para quedar con los amigos que vivían en otro barrio llamábamos desde una cabina telefónica (en mi caso no tuve teléfono en casa hasta los 16 o 17 años), desarrollándose así un lazo de confianza infinito en que aparecerían, porque como no podíamos asegurarnos con un móvil de donde estaban... Incluso hablabas con los amigos en vez de ponerle un sms aunque esté a tu lado... No si al final sí que va a ser una época antidiluviana y todo.

Hasta la próxima viajeros
 
Subir