17 enero 2010

Cultura o negocio??

Hola amigos viajeros

Este es un paseo al que le he dado muchas vueltas antes de emprenderlo, pensando si sería mejor no tomarlo, si ir por un camino fácil... No sé si conseguiré hacerme entender o no, pero como dijo un gran maestro, "hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes" así que allá voy. Bien amigos, a lo que le he estado dando vueltas es al tema de la ley-que-no-debe-ser-nombrada, en adelante LPPI. La verdad es que es un tema peliagudo en el que no se pondrán de acuerdo las partes implicadas.


Según se ha titulado la ley, lo que defiende es la propiedad intelectual, lo cual me parece bien, pero lo que me pregunto es ¿a costa de qué? Porque, si lo que pretenden es acabar con los millones de internautas, más malos que la piel del diablo, que intercambian ficheros sin ánimo de lucro ninguno, pues tendría un pase, pero lo que se está viendo es que quieren acabar con todo tipo de cultura, a no ser que se pague el soborno... digo la parte que esta gente se cree en derecho de recabar.

Ejemplos de que no les interesa proteger ninguna propiedad intelectual sino llenarse las alforjas podemos encontrar en internet como este aparecido en el diario Información, de Alicante, o este aparecido en El Mundo. Y lo que, para mí, es un claro ejemplo de que no les interesa defender lo más mínimo la propiedad intelectual es la baja por no decir nula importancia que se le da a la educación musical en particular y a la educación en general. La música es una "maría" que, cuando se suspende, no se le da la más mínima importancia, por lo que, cómo pretenden protegerla si no se le da una cierta importancia, como a cualquier otra asignatura??. Claro que tampoco se le da importancia a la educación: qué más da que se hayan suspendido x asignaturas si pueden ir avanzando de curso?? Qué más da que esos repetidores, que no tienen ninguna gana de aprender, dificulten y enlentezcan el aprendizaje de los demás?? Qué más da que cuando los jóvenes llegan a la universidad no sepan escribir correctamente??

Ahora que trabajo cerca de un cine, cuando hay películas tipo Troya, Alejandro Magno, Ágora... veo como vienen autobuses con escolares a verlas, y me pregunto: ¿es válido como método de enseñanza? ¿No sería mejor que aprendiesen estos temas por un método menos fantasioso? Y lo que es más, ¿cuantas visitas se hacen a museos para ver pintura, escultura...? ¿cuantas excursiones se hacen por las ciudades para ver monumentos y observar directamente los principios aprendidos en clase sobre estilos de columnas, por ejemplo?

Con todo esto, lo que quiero decir, es que no veo que se esté defendiendo la propiedad intelectual si no el derecho a vivir de un negocio, ya sea la música, el cine, escribiendo... Y si es así, habría que defender igualmente el derecho a vivir de su trabajo de los albañiles, los panaderos, los informáticos... porque al fin y al cabo no se está protegiendo otra cosa que un negocio más. Si lo que quieres es divulgar el talento que llevas dentro para la música, el cine, el teatro... precisamente las tecnologías pueden ser tu mejor aliado. Pero si lo que quieres es ganar dinero a todas costa, la batalla está perdida. Porque el siguiente paso cual será, una vez que se hayan cerrado todas las páginas de intercambio de ficheros y se siga perdiendo cuota de mercado?? Cerrar aplicaciones como Spotify?? Obligar a la gente, sí o sí, a ir al cine, al teatro...??

Tendríamos que pensar que el conocimiento ya se transmitía desde bien antiguo por P2P (pergamino a pergamino), que los negocios se hacían B2B (boca a boca) y que hoy en día, quién tenga inquietudes artísticas, puede difundirlas gratuitamente a través de internet, en el metro, en las calles... Oh claro, no se harán ricos, pero ¿cuando a un artista le ha importado el dinero más que su arte?? Recuerdo que, en un viaje que hicimos por Italia, una noche estábamos viendo la televisión española internacional y echaban una película sobre Sorolla y un periodista o biógrafo, no recuerdo, le preguntaba a Sorolla que era lo que había querido ser siempre y este respondía "Pintor, pintor". Y quería ser pintor por el mero hecho de pintar, no por sacar un cuadro, y cobrar a los demás por verlo.

En fin, amigos viajeros, al final el paseo ha sido un poco largo y no sé si habré conseguido transmitiros lo que siento al respecto. Quizás el hecho de estar leyendo tantos blogs y descubrir tantas páginas me ha enseñado la cantidad de personas que tienen una gran propiedad intelectual que proteger y que la difunden para que los demás disfrutemos de ellas sin ningún ánimo de lucro. Espero que mi amigo Antonio lo lea y se decida a hacer un comentario con su opinión, ya que le toca de cerca.

Hasta la próxima viajeros
 
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