Sol y sombra

Hola amigos viajeros

En contra de lo que podáis pensar, no vengo a hablaros del combinado de anís y coñac que lleva por nombre el título de la entrada, ni tampoco vengo a hablaros de los toros, 'fiesta' que no comparto y no me gusta, salvo las corridas de rejones, pero por ver los magníficos caballos que aparecen (no sé si he comentado que me gusta ir a montar a caballo, si no lo hecho, lo acabo de hacer)

Realmente esta iba a ser una etapa un poco oscura, pero hoy hemos ido al médico, concretamente al tocólogo (vaya con el nombrecito) para ver como va el embarazo de Elena y hemos visto una mancha que, con un poco de imaginación y habiendo visto ya alguna que otra ecografía, ha resultado ser la cabeza y los bracitos de Embri y nos hemos emocionado y alegrado bastante. Así pues, en vez de hablaros de lo mal que me están sentando los 38 años, no como edad sino desde que los he cumplido, en vez de contaros lo cansado que me encuentro y los achaques que tengo día sí y día también, lo desmotivado que estoy en el trabajo... os voy a hablar sobre el porqué del nombre de Kartlingas y del avatar que tengo tan 'simpsoniano'.

Hace 8 años y pico, cuando empecé a salir con Elena, tuve la fortuna de conocer a sus entonces amigos, hoy nuestros amigos, y uno de ellos me dijo que de pequeño tenía un amigo que se llamaba Carlos y al que llamaban Carlangas y que, si no me importaba que me llamase Carlingas, un poco en recuerdo de ese amigo. Como nunca he sido muy tiquismiquis para los nombres y como sabía que lo hacía con todo el cariño, desde entonces los amigotes me llaman Carlingas o Carl (bueno a veces también Carlitos, pero eso que quede entre nosotros). Posteriormente, los amigotes nos juntamos para ir a correr unos karts y como apodo, me puse Kartlingas, haciendo un... ingenioso... juego de palabras. Así que ya sabéis porqué he puesto ese título.

En cuanto al avatar, un día mis sobrinas me dijeron que habían hecho una caricatura suya y de sus padres a través de la página web de la película de los Simpsons y les pedí que me hicieran una mía, la cual utilizo desde entonces como avatar, aunque tenga más pelo que yo y menos barba. A lo mejor un día María me hace un dibujo de su padre y entonces cambiaré de avatar.

Eso es to, eso es to, eso es todo amigos, al menos por hoy, que en un rato nos vamos a celebrar que mi cuñada ha cumplido añitos y nos invita a cenar al bar que han vuelto a abrir sus primos.

Hasta la próxima viajeros