02 febrero 2010

Perdidos en la tribu

Hola amigos viajeros

Bueno, ya tengo internet en casa y casi vuelvo a estar, tecnológicamente hablando, operativo al 100%, así que espero poder enseñaros el nuevo diseño del blog en el próximo paseo y deseo que os guste el cambio de look que le he hecho. En cualquier caso esperaré vuestros comentarios al respecto.


Hace unos años, tuve la suerte de asistir a un curso de trabajo en equipo para ayudarnos en la difícil labor de trabajar junto a otras personas y formar un equipo de trabajo y no un grupo de trabajo, como suele ocurrir en la mayoría de las veces. El curso fue la mar de interesante, a pesar de que no hacía más que preguntarme si mis jefes habían recibido el mismo curso o más bien, como decía mi amiga Inma en su blog, habían pasado por el curso pero el curso no pasó por ellos, porque no apreciaba en mis jefes ninguna de las enseñanzas recibidas en el curso. Al final, lo que mejor hacíamos en equipo era ir a desayunar, ir a tomar un café con "moje" a media mañana, ir a comer, ir a dormir la siesta, ir a tomar café a media tarde (también con "moje"), ir a cenar... vamos, lo importante.

Como práctica final del curso, teníamos que decidir, de una lista que nos daban, que 3 cosas nos llevaríamos a una isla desierta, dividida en 4 partes, una fértil para cultivar, una árida, una selvática y otra anegada por agua potable, por un período determinado (creo que 10 años, pero tb podían ser 3) y luego teníamos que intentar consensuar entre todas las cosas elegidas, que 10 cosas nos llevaríamos a la islita de las narices. Entre las cosas que recuerdo de la lista que te podías llevar, estaban los típicos libros, fotos de familiares, un gato... pero tb había cosas como un jeep de aventura completamente equipado pero sin gasolina, una escopeta con 100 balas, una ermita completa... en fin, cosas del día a día.

Después de que cada uno eligiera sus 3 maravillosas e inigualables cosas que llevarse a una isla desierta, hubo que ponerse de acuerdo en que 10 cosas llevaríamos y aquí es donde se acabó la sinergia, la colaboración, el trabajo en equipo y casi, casi, la educación y la civilización (como si ya estuviéramos en la isla), pero al final lo conseguimos y sacamos nuestra "lista de 10 cosas que llevar a una isla desierta". Entonces aparecieron en escena los profesores para aguarnos la fiesta:

    "las herramientas de jardinería no sirven para labrar la tierra y mantener un huerto para alimentaros"

    "el jeep de aventura completamente equipado, por definición -que no habíamos dicho- incluye un kit completo de herramientas, linterna, una polea... " (córcholis, si debe ser McGyver reencarnado en coche)

    "la ermita completa incluye bancos de madera donde podéis descansar y hábitos de corte masculino y femenino, la mar de apropiados para ir por una isla desierta"

Total, que a todos se nos quedó la sensación de que nos habían timado y que nos faltaba información para poder decidir correctamente. Y precisamente es lo que deben estar pensando los incaut... digo los aventureros que se han apuntado a la nueva edición de Perdidos en la tribu cuando hayan llegado a sus puntos de destino y hayan visto las tribus que les han tocado y las condiciones en las que van a pasar 30 días de sus vidas. Vamos, la palabra que más se me viene a la mente es inconsciencia.

Pienso que, después de pasar por el curso de trabajo en equipo, haberme visto todos los episodios emitidos de "El último superviviente" y de haberme leído de pequeño la colección de "Los jóvenes castores", las tres cosas que me llevaría a una isla desierta serían:

- un hotel completo con todo incluido, de al menos 3 estrellas, y con playa privada

- un aeropuerto completo, con su zona duty free, sus salas vips, sus máquinas de facturación... para ir y venir libremente

- unos libros, para pasar el rato, que no me puede dar mucho el sol que me quemo.

A mis chicas las dejaría en casa, no iba a hacerles la faena de llevármelas a una isla desierta, con la de penurias que pasarían las pobres.

Hasta la próxima viajeros
 
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